Su padre era Patricio Hernández “Piedra Roja”, elegido teniente de alcalde en las elecciones del Frente Popular. Tenía ideas socialistas desde muy joven y trabajó toda su vida para que los obreros del campo se organizaran e hicieran valer sus derechos.
Este fue el ejemplo que dio a sus cinco hijos y que al final originaría su asesinato.

Mariano, con veinte años recién cumplidos, estaba detenido junto a su padre en los calabozos del ayuntamiento, donde recibían a diario palizas y malos tratos.

El día 30 asesinaron al padre de Mariano en un puente de la cuesta de Renedo, muy cerca del pueblo, enterrándolo en pleno monte.

El día de San Ignacio, hacia las dos de la tarde, un grupo de falangistas sacó del calabozo a once vecinos, los maniataron y los hicieron subir a un camión descubierto. Entre ellos estaba Mariano.

El camión enfiló hacia Tudela de Duero. En un punto, cerca del pinar, los falangistas acercaron el camión a la cuneta y obligaron a sus víctimas a bajar.
En ese momento, Mariano echó a correr por el pinar, mientras mordía las ataduras de sus manos. Oyó el tiroteo, pero no le alcanzó ninguna bala. Cuando relataba esta terrible peripecia, decía siempre la misma frase: “No quería morir… tenía sólo 20 años...”

Todos sus compañeros cayeron asesinados en aquel lugar.

Sumergiéndose en el Duero y caminando en la noche, logró llegar hasta su pueblo. Escaló la tapia de unos vecinos y se dejó caer en el corral. Estos vecinos le ayudaron y de esta forma, Mariano salvó su vida.

En esta casa se mantuvo oculto durante cuatro largos años. Durante este tiempo, nadie en el pueblo supo que estaba vivo, excepto su madre y sus dos hermanos.

En el año 1943 la situación se hizo insostenible y Mariano salió y se entregó en Valladolid, donde lo interrogaron, pero no fue detnido ni procesado. Entró en quintas y estuvo 32 meses en el servicio militar.

Mariano regresó a su pueblo, donde vivió humildemente. Fue siempre un hombre bueno, que crió a sus hijos y a los de su pareja con su trabajo, y en cuyo carácter no había asomos de amargura o de rencor.

El 7 de junio de 2008, su familia y amigos, ayudados por nuestro grupo Verdad y Justicia, organizó un Homenaje a Mariano dentro del Homenaje que se rindió a las víctimas de la represión franquista en ese pueblo.

Mariano, emocionado, recibió con cariño y agradecimiento la felicitación y el apoyo de todos los vecinos que quisieron compartir con él ese día.

Hasta siempre, Mariano. Tu comportamiento es un referente para las generaciones venideras, y los que te conocimos no te olvidaremos jamás.