El censor y la palabra
El relato trata de la Guerra Civil, si bien se desarrolla en gran parte más acá en el tiempo, pero con base en el terrible daño que la Guerra y su pervivencia en los corazones causó en una generación que empezaba a vivir, crear y amar. Al modo surrealista, juega con la vida y la literatura en un caleidoscopio de textos y de vacíos, de palabras luminosas y oscuros tachones, que sólo el amor y la piedad podrán romper y, a un tiempo, fijar. El testamento aludido en el cuento existió y felizmente se ha conservado, para ejemplo y emoción de todos: es el del alcalde de Valladolid, Antonio García-Quintana (1894-1937), cuyo texto (y tachaduras censorias) ha sido publicado hace años en su biografía El fracaso de la razón.