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Artículo en Mémoria Antifranquista del Baix Llobregat

Golpe de estado franquista: así fue en Valladolid

Artículo de Orosia Castán publicado en el Monográfico "La represión franquista en Castilla y León", edición extraordinaria de 2018

SUBLEVACIÓN FRANQUISTA: ASÍ FUE EN VALLADOLID
Por Orosia Castán

En la tarde del sábado 18 de julio de 1936 se produjo la sublevación de las fuerzas de Seguridad y Asalto en su cuartel de la plaza de Tenerías, situado en el centro de la ciudad. Esta acción, inicio del levantamiento, tuvo como causa la orden de traslado de dichas fuerzas a Madrid, orden que los guardias de Asalto desobedecieron.
Este hecho era la consecuencia de una intensa labor en pro de un levantamiento militar contra la República que venía desarrollándose en los cuarteles y despachos de Valladolid. Los responsables de la trama militar eran el comandante Moyano y el coronel Serrador, que lograron montar una red de militares implicados, organizados en una Junta Local.
Los guardias de asalto, tras desobedecer las órdenes de sus superiores, salieron en sus camionetas por las calles de la ciudad, donde al grito de ¡Arriba España! se les unieron grupos de falangistas, de jóvenes de las JAP (Juventudes de Acción Patriótica) y en general, todos aquellos que esperaban la señal para unirse a la sublevación militar que se urdía desde marzo de 1936, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero. El alzamiento se adelantaba así a los planes de los conspiradores militares, que esperaban en una finca de las afueras de Valladolid la orden para iniciar el movimiento.
Al enterarse de lo que ocurría en la ciudad, el general Andrés Saliquet, que se hallaba en situación de disponible forzoso, se dirigió hacia la ciudad acompañado por un grupo de militares afines que iban a conformar su estado mayor.
Saliquet, un militar de la vieja escuela que había sido gobernador civil en la dictadura de Primo de Rivera, era el hombre designado por Mola para tomar la VII División. Acompañado por el general Ponte, el coronel Uzquiano, los capitanes Silvela y Pardo y algunos militares más, se dirigieron hacia el edificio de la Divisón. A ellos se unieron algunos civiles, como el marqués de Valdesevilla y el abogado Emeterio Estefanía, perteneciente a Renovación Española. Todos ellos iban armados y decididos a hacerse con el mando, en manos del general Nicolás Molero Lobo. Hacia las doce de la madrugada, Saliquet y su grupo irrumpieron en el despacho del titular de la División exigiendo que se uniera a la sublevación o entregara el mando. Molero se negó a ambas cosas, produciéndose un tiroteo en el interior del despacho. Como consecuencia fallecieron los dos ayudantes del general Molero, los comandantes Liberal y Riobóo, y el paisano Estefanía. Molero, convaleciente de una operación, fue herido y detenido. Tras conocerse la toma de la División, la guarnición militar en pleno y la Guardia Civil se unieron a los sublevados, dirigiéndose al centro de la ciudad y ocupando la Casa Consistorial. Valladolid se convirtió de esta forma en una de las primeras capitales españolas en las que triunfó el llamado movimiento nacional.
Apenas tres horas después, el gobernador civil Luis Lavín Gautier se presentaba en el edificio de la División junto con su secretario particular, desconociendo sin duda que el edificio ya estaba tomado por los sublevados. El gobernador fue detenido, condenado a muerte en un consejo de guerra y ejecutado menos de un mes más tarde.

LAS FUERZAS CIVILES
Valladolid, lugar de nacimiento de las JONS (Juntas Obreras Nacional-Sindicalista), cuna del caudillo filo nazi Onésimo Redondo y lugar donde se produjo la unificación de la Falange Española con las JONS, contaba con una fuerte implantación de fuerzas izquierdistas y republicanas. La UGT y sus sindicatos afectos reunían a unas doce mil personas, sobre todo trabajadores ferroviarios y jornaleros de la tierra; la Casa del Pueblo era fuerte y mantenía una actividad constante, manteniendo relaciones fluidas con las principales localidades de la provincia.
Además, las organizaciones republicanas, la CNT y una incipiente organización comunista, completaban el panorama izquierdista en Valladolid.
En la mañana del 18 de julio se difundió un llamamiento de las agrupaciones socialistas para que todos los militantes y simpatizantes se reunieran en las Casas del Pueblo con el fin de organizar la resistencia contra el posible golpe militar.
Esta concentración de las fuerzas de izquierdas fue un error estratégico de consecuencias dramáticas para los concentrados y para la suerte de la provincia. Las Casas del Pueblo de Valladolid y de las principales localidades fueron una trampa sin salida, que ocasionó la desarticulación de las organizaciones republicanas e izquierdistas por el simple procedimiento de la detención en masa de sus afiliados, que imposibilitó llevar a cabo una defensa contra la sublevación.

La Casa del Pueblo de Valladolid, situada en la céntrica calle Núñez de Arce, fue sitiada durante toda la noche del 18 al 19 de julio por los sublevados, que colocaron dos cañones en las inmediaciones y efectuaron disparos sobre la fachada. Los allí concentrados optaron por la rendición, ya que no tenían posibilidad alguna de resistir. Tenían algunas armas, sobre todo escopetas de caza y algún arma corta y, además, entre ellos había una gran cantidad de mujeres y niños, ya que al llamamiento habían acudido familias enteras que querían informarse acerca de los rumores que se extendían por la ciudad sobre el golpe militar. Los concentrados carecían de armas y de planes de acción.

El Bando de Guerra del general Saliquet se publicó en la madrugada del domingo 19 de julio. Los concentrados en la Casa del Pueblo, que se rindieron y salieron del edificio con las manos en alto hacia las nueve de la mañana, no podían conocer el documento, pero a pesar de ello durante el juicio posterior fueron acusados de rebelión militar precisamente por no acatar dicho Bando.
Cientos de paisanos fueron detenidos aquella mañana por los militares y guardias civiles, apoyados por los voluntarios armados. Muchos de ellos no saldrían de las cárceles, sino para ser fusilados en los meses siguientes.
El Consejo de Guerra que se les siguió a los 447 hombres y mujeres detenidos en la Casa del Pueblo duró cinco horas. Ese tiempo bastó para dictar 40 penas de muerte, de las que se ejecutaron inmediatamente 38, además de 362 condenas de 30 años y otras 26 penas de 20 años de cárcel.
Mientras, en las calles se desataba el denominado terror caliente, que consistió en las detenciones, registros, malos tratos y paseos de cientos de personas, asesinadas sobre todo en los alrededores de las tapias del cementerio, en las cunetas de las carreteras y en los aledaños del río Pisuerga. Los asesinatos fueron llevados a cabo por los grupos paramilitares, denominados Milicias Voluntarias, que se unificaron rápidamente bajo la bandera de la Falange vallisoletana. Estas actuaciones se produjeron de igual forma en los pueblos, siendo las primeras víctimas las autoridades legalmente elegidas en las urnas; los sindicalistas, los izquierdistas, los republicanos y, a menudo, también sus familiares. Los dos alcaldes republicanos que tuvo la ciudad, Federico Landrove Moiño y Antonio García de la Quintana, así como la mayor parte de sus concejales, fueron asesinados o fallecieron en las cárceles. Lo mismo ocurrió en muchos pueblos de Valladolid.
Según las últimas estimaciones, los asesinatos extrajudiciales triplicarían las muertes tras juicio. La ausencia de registros, la desaparición de los testigos y la imposibilidad de refrendar estos datos con documentación hacen que las cifras que manejamos sean aproximadas, por lo que hay que insistir en el carácter parcial de las mismas.

CONSEJOS DE GUERRA
El primer Consejo de Guerra tras el golpe tuvo lugar el día 22 de julio de 1936.
Antes de que finalizara el año 1936 hubo 1.449 juicios relacionados con la sublevación, muchos de ellos multitudinarios. En las principales localidades vallisoletanas se había seguido la directriz de concentrarse en los locales de la Casa del Pueblo, lo que originó la detención de la mayor parte de los izquierdistas y republicanos, luego trasladados a las prisiones de la capital. Unos fueron juzgados y otros asesinados extrajudicialmente por grupos armados, identificados como falangistas. Es el caso de Cigales: la Causa 90/36 contra 99 vecinos, acaba con 58 penas de muerte, 20 de reclusión perpetua, y el resto, 20 años de cárcel; o de Tudela de Duero: la Causa 86/36, contra 74 vecinos, dicta 14 penas de muerte y 63 condenas de 30 años de cárcel.
Paralelamente se producía la ocupación y el saqueo de los locales y bienes de los republicanos: en Valladolid capital, la Casa del Pueblo, el Círculo Republicano de la calle Leopoldo Cano 26 y la sede de la CNT, en la calle General Almirante, asaltada por un grupo de falangistas capitaneados por José Antonio Girón de Velasco.
En otras localidades de la provincia se produjo la ocupación de locales por parte de la Falange, que estableció en ellos sus cuarteles1. En muchas ocasiones, las víctimas sufrieron la pérdida de sus bienes particulares, dirigida por la Comisión de Incautación de Bienes, que a principios de 1939 daría paso al Tribunal de Responsabilidades Políticas. Este Tribunal encausó a miles de personas sospechosas de haber tenido algo que ver con la legalidad republicana, condenando a muchas de ellas a multas desproporcionadas. Tenía carácter retrospectivo y se aplicó incluso a personas que habían sido fusiladas años antes (la sanción recaía en los familiares en ese caso).

ESTIMACIÓN NUMERO DE VÍCTIMAS EN VALLADOLID Y PROVINCIA
Fusilados con juicios sumarísimos previos: 490
Asesinatos extrajudiciales: alrededor de 1.500
Estas cifras tienen carácter aproximativo. Actualmente se siguen realizando investigaciones que puedan acercarnos más al número real, sobre todo en los pueblos de la provincia.
Además de las víctimas mortales y las personas encarceladas durante años, hay que cuantificar otras víctimas: las de los malos tratos, muy abundantes en todos los testimonios recogidos; las mujeres de los vencidos, que se encontraron solas, sin recursos y en una situación de indefensión total, y los niños, que sufrieron la violencia ejercida sobre sus familias y sobre ellos mismos. La mayor parte de los hijos de las víctimas tuvieron que abandonar la escuela para trabajar a edades tempranísimas; otros, desamparados, fueron a parar a instituciones, o sufrieron el desarraigo al tener que trasladarse a vivir con sus familiares a otros pueblos, etc.

FOSAS EN EL CEMENTERIO DE VALLADOLID
En el cementerio del Carmen de Valladolid fueron enterrados todos los fusilados con proceso previo, y además una gran cantidad de asesinados extrajudicialmente, procedentes tanto de la capital como de otras localidades. Se trata de detenidos que son trasladados a la ciudad, y una vez aquí son asesinados a manos de sus captores, normalmente jóvenes fascistas de su propia localidad. Otros son producto de las abundantes sacas que se produjeron desde las prisiones a manos de falangistas, que asesinaban a las víctimas y abandonaban sus cadáveres en zonas de la ciudad como los alrededores del cementerio o los arrojaban al río Pisuerga.
Todos los enterramientos fueron registrados en el Libro de Enterramiento del Cementerio del Carmen, con constancia de la fecha, lugar, filiación, cuando era posible, y en la mayor parte de los casos, causa de la muerte. Esta inscripción, junto con las órdenes de enterramiento y los registros de defunción, nos ha permitido documentar y cuantificar los fusilamientos, así como hacer una estimación sobre los asesinatos extrajudiciales, que no suelen estar documentados.

FOSAS COMUNES
En casi la totalidad de los pueblos vallisoletanos se produjeron enterramientos ilegales de una o más personas. A menudo se asesinaba y enterraba a las víctimas fuera de su localidad, en otros términos municipales, con el fin de dificultar la identificación y la recuperación de los cuerpos. Se trata de una estrategia estudiada cuyo objetivo es la desaparición de las víctimas y la impunidad de los victimarios2.
Hay que tener en cuenta que en estos primeros momentos no existía ninguna certeza acerca de la victoria de la sublevación. De ahí las exigencias de garantía por parte de algunos asesinos, que portaban documentos firmados por los responsables, que permanecían en la sombra; o la movilidad de estas patrullas asesinas, que actuaban fuera de sus pueblos de origen. La desaparición de las víctimas es el factor que ha permitido la negación de los crímenes hasta hace muy poco tiempo, a pesar de ser conocidos por muchos e incluso reconocido por algunos.
La mayor parte de estas fosas comunes siguen ilocalizadas. Están diseminadas por toda la provincia y las mayores se encontrarían en la zona de los Montes Torozos y del Montico, conteniendo centenares de personas.
En Valladolid ciudad, el primer alcalde socialista de la transición, Tomás Rodríguez Bolaños, afrontó la difícil tarea de recuperar la memoria de las víctimas del franquismo. En una ciudad como esta, acosada por organizaciones de extrema derecha muy violentas, intentó exhumar la mayor de las fosas comunes del cementerio de la ciudad; pero el estado de los restos de los fusilados y paseados, comprobada en una cata semipública (asistieron hijos y nietos de las víctimas), evidenció la imposibilidad del rescate. Los restos estaban destrozados por la presión y la cal viva que se vertió sobre ellos. Entonces se decidió la compra a perpetuidad de esta fosa, que se señalizó y dignificó, siendo el lugar a donde se dirigen los familiares hasta hoy. Las demás fosas se dejaron como estaban, y se han ido deteriorando e incluso alguna de ellas ha desaparecido.
Además de su actuación en el cementerio, Bolaños quitó el nombre de los franquistas de algunas calles céntricas de la ciudad y puso nombres de personalidades republicanas en calles de nueva creación3.

LUGARES DE MEMORIA
No están reconocidos ni en la ciudad ni en la provincia: las prisiones, como la de las Cocheras, cárcel habilitada por la que pasaron miles de detenidos y de donde muchos fueron sacados y asesinados; la Cárcel Nueva, donde se llevaron a cabo los juicios; o la Cárcel Vieja, presidio de mujeres y niños. Ninguna de ellas está identificada como tal. El caso más sangrante es el de la prisión de Las Cocheras, convertida hoy en un casino militar4.
Lo mismo ocurre con los escenarios de trabajo forzoso, como algunas iglesias y conventos (Iglesia del Carmen, en el barrio Delicias; el convento de las Adoratrices o el antiguo colegio Cristo Rey), y otros edificios, como la Granja Escuela José Antonio, propiedad de la Diputación Provincial, que además de llevar ese nombre, fue construida por los presos de la cárcel de Valladolid.
Esto ocurre en la ciudad, con un consistorio de izquierdas, presidido hoy por el socialista Oscar Puente. La desidia, el desinterés y la resistencia a actuar han propiciado que no se cuente con un censo completo de las fosas y lugares de Memoria en muchas localidades de la provincia, en las que además puede constatarse el incumplimiento del artículo 15 de la Ley de Memoria5.

ARCHIVOS
Siguen la tónica general de todo el país, que puede calificarse de extraordinaria reserva. Algunos de los archivos municipales de la provincia plantean trabas y obstaculizan las consultas. El Archivo de la Diputación se acoge a la norma que exige el transcurso de 100 años desde el fallecimiento del investigado, lo que en la práctica se traduce en la imposibilidad de consultar sus fondos.
En los últimos 15 años se han producido mejoras sustanciales en el caso del Archivo de la Real Chancillería y del Archivo Histórico Provincial, que están altamente profesionalizados y actualizados, lo que favorece mucho las investigaciones6.

ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL CAMPO DE LA MEMORIA HISTÓRICA

Además de las investigaciones, en la provincia de Valladolid se realizan con frecuencia actividades de divulgación y difusión pública, como conferencias, jornadas y homenajes, normalmente a cargo de las organizaciones memorialistas. Podemos destacar:

• La campaña por una ley de memoria Justa y Digna, llevada a cabo por una Plataforma muy activa, formada por 14 partidos, sindicatos y asociaciones, que trabajó a lo largo de dos años en pro de una Ley que respondiera a las necesidades planteadas. Disuelta en el año 2007, con la aparición de la ley.

• La campaña contra los símbolos franquistas, que, surgida en el Ateneo Republicano de Valladolid, sigue activa desde hace más de diez años. Se centra en la retirada de los símbolos existentes y de los nombres de calles y localidades. También exige la retirada de La Cruz Laureada del escudo de la ciudad, otorgada por Franco en reconocimiento a los méritos en la lucha contra la República, así como los honores y medallas otorgadas por las instituciones municipales a Franco y a otros cargos franquistas, la señalización de los lugares de Memoria y el reconocimiento del trabajo esclavo7.

• Particularmente importante ha sido el caso del monumento a Onésimo Redondo, situado en el Cerro de San Cristóbal, lugar emblemático donde se celebraban misas, homenajes y concentraciones franquistas, y que tras años y años de peticiones, concentraciones, recursos y denuncias públicas, hemos logrado desmontar en el año 2016.

Durante los años anteriores, el movimiento memorialista ha tenido que enfrentarse a la actuación del consistorio del PP, liderado por el alcalde León de la Riva, defensor a ultranza de la simbología franquista. La actitud de ese consistorio nos obligó a entablar una lucha en los tribunales sufragada con nuestros propios medios, que consiguió una victoria parcial. A fecha de hoy, esta lucha continúa para lograr la desaparición total de la simbología franquista, presente en muchas fachadas de edificios vallisoletanos; de la retirada de la Cruz Laureada del escudo de la ciudad y de los honores otorgados al dictador y otros cargos franquistas. Paradójicamente, el consistorio vallisoletano está hoy en manos de una coalición PSOE, IU y Sí se Puede.

HOMENAJES Y ACTOS REIVINDICATIVOS

En los últimos años ha proliferado la celebración de Homenajes y actos conmemorativos y reivindicativos. Esto tiene una gran importancia, sobre todo en los pueblos, donde las familias de las víctimas han vivido siempre entre el silencio y el temor. La forzosa convivencia con los victimarios ha sido la responsable de que nadie quiera hablar, sobre todo para no malquistarse con los vecinos. Los Homenajes consiguen reunir a los familiares de las víctimas; consiguen que los más jóvenes conozcan lo ocurrido, que se hable del tema en voz alta y, en definitiva, que se logre algo de normalización sobre un asunto que está en la memoria de todos por mucho que se pretenda lo contrario.
Particularmente interesantes han sido los actos celebrados en Tudela de Duero (2012), donde ante el estupor colectivo se desveló la existencia de 62 víctimas mortales; o el de Laguna de Duero (2017), donde se dieron a conocer los nombres y circunstancias de 49 personas asesinadas; el celebrado en Traspinedo, el de Villabáñez, etc.
En todas estas localidades se han presentado mociones en los plenos municipales, condenando la sublevación franquista y homenajeando a las víctimas; señalando el carácter de autoridad representativa de alguna de ellas, ya que a menudo la Corporación republicana entera o en parte está entre ellas, y solicitando la dedicación a las víctimas de un jardín, parque o lugar parecido, con inclusión de un monolito, placa o monumento memorial. Estos actos han tenido siempre un importante seguimiento del pueblo y apoyo de las autoridades municipales, lo que da carácter institucional a los Homenajes.

NOTAS
1-“…Así mismo, dio cuenta de que la Inspección de la 2ª Zona de FE y de las JONS dio orden el 13 último de que se entreguen los muebles y enseres que pertenecieron a la organización Alianza Republicana y que estaban en el Centro o casa que ocupó la Falange local…” Archivo Municipal Laguna de Duero, Libro de Actas, 9 de diciembre de 1945.
2-Muy a menudo, la única información acerca de las desapariciones consiste en el testimonio de los familiares.
3- “Cuatro destacados militantes de Fuerza Nueva – Bernardino Vergara, Carlos Artigas, Fernando Santander y Luis Cillero- fueron juzgados por los incidentes protagonizados la tarde del 3 de julio de 1980, cuando el Pleno del Ayuntamiento de Valladolid discutía el cambio de nombre de 8 calles: General Franco, General Mola, 18 de Julio, Queipo de Llano, Calvo Sotelo, Héroes de Teruel, Onésimo Redondo y Leones de Castilla. El entonces alcalde socialista, Tomás Rodríguez Bolaños, tuvo que suspender la sesión ante la actitud de los ultraderechistas que habían tomado las tribunas del público. La ciudad se encontraba inmersa en pleno ’Fachadolid’ (ultimocero.com, diario digital vallisoletano, 04/12/2017)
4- Se trata de un edificio situado en el Paseo de Filipinos, en el centro de la ciudad. En él estuvieron las oficinas de la prisión donde miles de personas fueron torturadas y asesinadas.
5- Quizá el caso más llamativo es el de la localidad natal del caudillo fascista Onésimo Redondo, Quintanilla de Abajo, renombrada por los sublevados como de Onésimo, además de las placas existentes en las iglesias de la mayor parte de los pueblos a fecha de hoy. En todos los casos se ha desoído y desobedecido el Art. 15 de la Ley de MH de 2007.
6- Además, el Archivo de Chancillería está avanzando notablemente en la informatización de sus fondos, particularmente los referidos al Tribunal de Responsabilidades Políticas, que tuvo su sede en la ciudad, los fondos de Libertad Vigilada, etc...
7-La Diputación Provincial, tras reiteradas peticiones, acordó la retirada de Laureada de su escudo, así como de los honores otorgados en el Pleno de 20 de abril de 2017.

BIBLIOGRAFÍA

J.M. Palomares Ibáñez: La guerra civil en la ciudad de Valladolid. Entusiasmo y represión en la “capital del alzamiento”, Ayuntamiento de Valladolid, 2001

F.J.de Raymundo: Cómo se inició el Glorioso Movimiento Nacional en Valladolid, Valladolid, 1936

F. Bertrán Güell: Preparación y desarrollo del alzamiento nacional, Valladolid, 1938

Pablo García Colmenares: Historia y Memoria de la guerra civil y el primer franquismo en Castilla y León, Universidad de Valladolid 2007

Ignacio Martín Jiménez:
La guerra civil en Valladolid 1936-1939. Amaneceres ensangrentados. Ed. Ámbito, Valladolid, 2000.

Orosia Castán. Artículos y audiovisuales:

La sublevación en Valladolid
Cae la Casa del Pueblo
Fusilamiento de la Corporación Municipal de Tudela de Duero
La vida después
Recordatorio al Ayuntamiento y Diputación de Valladolid

Tudela 1936 (audiovisual)
Homenaje en Villabáñez (audiovisual)
Inauguración del Parque de los Encuentros de Traspinedo (audiovisual)

(Accesibles en: http://www.represionfranquistavalladolid.org/)

 
Represion Franquista Valladolid

Conferencia Ian Gibson Ateneo Republicano Valladolid

Ian Gibson y Orosia Castán en Valladolid

Conferencia Ian Gibson Ateneo Republicano en la universidad de Valladolid

Presentación audio-visual Listado de víctimas del golpe de estado franquista en la provincia de Valladolid

Presentación audio-visual Listado de víctimas del golpe de estado franquista en la provincia de Valladolid

Presentanción en el Ateneo Republicano de Valladolid del Listado de víctimas del golpe de estado franquista en la provincia de Valladolid +info:http://www.represionfranquistavalla...

Tudela 1936

Corto-documental Tudela de Duero 1936

"Corto-documental que narra los hechos acaecidos en Tudela de Duero (Valladolid) en la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y la posterior represión.Presentado el día 9 de julio de 2011 en el (...)

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