Tiene el don de la escritura, es verdad; pero sobre todo, tiene el don de la empatía, de la sencillez, de la comprensión.

Sus cuentos nos hablan de los hechos nefastos que se produjeron tras el 18 de julio tamizados por su sensibilidad de tal manera, que hacen posible una visión suave, melancólica y llena de simpatía de los dramas ocurridos, sin escatimar ninguna de las sombras que los rodearon.

Es una forma sumamente original de mirar y expresar aquellos tiempos terribles, donde prima el drama humano y las peripecias y sentimientos de las personas que fueron víctimas de ellos.

Federico Bello Landrove no nos habla de oídas: su propia familia conoció de primera mano la muerte y la represión. Federico lleva el nombre de su abuelo, Federico Landrove Moiño, primer alcalde republicano de Valladolid, muerto en presidio, y también de su hijo, Federico Landrove López, brillante diputado socialista fusilado en 1936.

Presentamos con orgullo y alegría los cuentos de Federico Bello Landrove, cuya colaboración honra esta página.